La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro, en 1992, fue un marco histórico, teniendo en cuenta que representó un esfuerzo de todo el planeta para establecer nuevas directrices de desarrollo que subrayasen la preocupación sobre la protección ambiental, justicia social y eficiencia económica.
De esta Conferencia salieron cinco documentos: el Programa 21, la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, la Declaración de Principios sobre el Uso de Bosques, la Convención de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
El Programa 21 se revela como un documento de especial importancia, teniendo en cuenta que refleja un conjunto de principios adoptados por consenso por dirigentes de todo el mundo, en el sentido de garantizar el desarrollo en bases sostenibles para el próximo siglo.
Se debe entender como desarrollo sostenible "el desarrollo que satisface las necesidades presentes, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de colmar sus propias necesidades".
El Programa 21, de ese modo, indica las estrategias para buscar el desarrollo sostenible, indicando acciones, actores y asociaciones, metodologías, mecanismos institucionales necesarios para su aplicación y monitoreo.
La tónica de los debates en la formulación del Programa no permaneció tan sólo en estrategias globales, sino también buscó un enfoque simultáneamente global y local. Resulta notorio que las estrategias trazadas en el Programa 21 para la solución de los problemas resaltan la combinación de una cooperación descentralizada y una acción localizada, por medio de la aplicación de políticas y programas que movilicen al mismo tiempo instituciones locales, nacionales, regionales e internacionales.
Considerándose la importancia de que cada sociedad establezca sus prioridades, los países signatarios de los acuerdos resultantes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, asumieron el compromiso de elaborar y aplicar sus respectivos Programas 21 nacionales.
De esa forma, Brasil, como país signatario de estos documentos, tiene el compromiso de formular y aplicar el Programa 21 Brasileño.