Sistema de supervisión oceánica en tiempo real de la Cuenca de Santos para una administración más eficiente de fugas de crudo y de las corrientes marinas, el Proyecto Azul fue lanzado, este jueves (21), durante la Rio+20, en el Parque de los Atletas, en mesa redonda que contó con la presencia del secretario de Políticas y Programas de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), Carlos Nobre.
En tal oportunidad, el secretario del MCTI resaltó la importancia de un mejor conocimiento del Océano Atlántico para asegurar el desarrollo sustentable. “Tener la capacidad de estudiarlo, entenderlo y explorarlo, pero con protección, es fundamental”, al agregar que “el gobierno brasileño tiene una noción muy clara del tema y eso ya se convirtió en asunto prioritario”, evaluó.
El conocimiento previo de las corrientes permitirá rastrear y actuar más rápidamente en la contención y dispersión del crudo en el mar, minimizando impactos ambientales. Con inversiones previstas de R$ 20 millones por BG Brasil en los próximos tres años, el Proyecto Azul perfeccionará el conocimiento del medio ambiente de la región, con base en la recolección de informaciones sobre la dinámica de las corrientes oceánicas, temperatura y salinidad del agua, PH, oxígeno disuelto, clorofila, además de color y materia orgánica.
Esos parámetros serán reunidos y analizados por el Laboratorio de Métodos Computacionales en Ingeniería-Instituto Alberto Luiz Coimbra de Postgrado e Investigación de Ingeniería (Lamce-Coppe), además de hacerse disponibles, en tiempo real, para universidades y centros de investigación. Para dar soporte al Proyecto Azul, el Lamce-Coppe desarrollará un supercomputador para el análisis de los datos a ser enviados al Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
La supervisión será realizada con la ayuda de robots buceadores (seaglider), derivadores (boyas acopladas con medidores), perfiladores (obtiene entre otros parámetros, el perfil de las corrientes principalmente en aguas profundas) e imágenes de satélite. La iniciativa establece también la utilización mínima de barcos para reducir el consumo de combustible, la emisión de carbono para el ambiente y el riesgo de operación, y garantiza la recolección de datos con equipos autónomos, rastreados o controlados por satélite.
Barco oceanográfico
Al destacar la unión entre los sectores público y privado en el desarrollo de tecnologías en el área, Carlos Nobre también anunció la adquisición de un barco oceanográfico, en una alianza entre el ministerio, la Marina, Petrobras y Vale, que prevé una inversión de US$ 88 millones. Según él, el barco será uno de los cinco más importantes de investigación oceanográfica del mundo.
“Nosotros juzgamos que es muy importante que Brasil cree en el ámbito federal un instituto de investigación oceanográfica”, propuso el secretario del MCTI. “Tenemos en el área del espacio, además de otros sectores, pero no en oceanografía. Ese es un atraso que, ahora, vamos a disminuir, creando un instituto nacional de oceanografía y ciencias del mar. Y, por eso, esa alianza entre los sectores público y privado es muy importante”, concluyó.
Texto: Juliana d’Arêde – Ascom del MCTI
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