El acai (açaí) se volvió popular en todo Brasil en los últimos años, servido en forma de pulpa. Es un alimento energético, popular entre practicantes de actividades físicas. Para resolver los problemas de los restos de la industria de ese producto, un grupo de estudiantes de la ciudad de Igarapé-Miri (PA) desarrolló un sistema barato y sustentable para transformar las semillas del fruto en fertilizante. Ellos mostraron el proyecto en el Espacio Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo Sustentable, ‘Armazém 4’ del Píer Mauá.
“En Pará, el acai es un fruto de consumo diario, especialmente en la forma de jugo”, explica Ernane Neto, uno de los estudiantes del Colegio Manuel Antônio de Castro que desarrolló la técnica. “El problema es que sólo utilizan el fruto, que representa una pequeña parte del acai, y las semillas son arrojadas por las calles, trayendo pestes y dolencias para las personas”.
Él y Marcio Kennedy, entonces, llevaron semillas para la escuela y proyectaron una forma de transformarlas en fertilizantes, usando un moledor industrial. “El problema es que los moledores industriales cuestan más de R$ 3 mil, eso hace inviable que los pequeños productores tengan uno en sus tierras”, explica Ernane. “Por eso, desarrollamos un triturador sustentable, hecho de materiales reciclados, manual, que cuesta alrededor de R$ 20”.
Acompañe la participación del MCTI en la Rio+20. Texto: Gerhard Brêda – Ascom del MCTI