Bonn, 2 de noviembre de 1999
Señor Presidente:
Es una gran satisfacción tomar parte de esta quinta sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Tuve la ocasión de participar de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en 1992, y me complace constatar que la Convención sobre el Cambio Climático1, de la cual Brasil fue el primer signatario, representó un marco de las relaciones internacionales y que está evolucionando de una manera significativa desde aquel momento.
El Gobierno brasileño continúa atribuyendo una gran importancia a los asuntos vinculados con el cambio climático, como el Presidente Fernando Henrique Cardoso indicó en su discurso en la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU, que se convocó en 1997 para marcar los primeros cinco años después de la Conferencia de Río.
Brasil realizó un especial esfuerzo en el sentido de contribuir para que se concluyese con éxito la negociación del Protocolo de Kyoto2, instrumento que firmó el año pasado.
Brasil está cumpliendo sus compromisos en los términos de la Convención. La primera Comunicación Nacional3 deberá concluirse el próximo año y su presentación traerá una significativa contribución para el trabajo metodológico de estimar las emisiones de un país tropical dotado de importantes sectores agrícola y silvicultor. Nuestra energía es muy limpia. Más del noventa por ciento de nuestra electricidad se genera en centrales hidroeléctricas y nuestra flota de automóviles utiliza una combinación de combustible fósil (gasolina) y renovable (alcohol). A pesar de esto, o mejor dicho, más allá de esto, existen en Brasil importantes programas de eficiencia energética y de ahorro de energía.
Estamos tomando todas las medidas para declinar todavía más la curva de crecimiento de nuestras emisiones, mediante la utilización del Mecanismo de Desarrollo Limpio4 después que el Protocolo de Kyoto entre en vigor. La cuidadosa aplicación del Mecanismo, proyecto a proyecto, con líneas de base de emisión confiables, garantizará a Brasil poder continuar contribuyendo significativamente con el objetivo de la Convención.
El Gobierno brasileño está analizando todos los sectores de actividad5 del país desde el punto de vista del cambio climático. En particular, se ha dado una atención especial al interés del sector de la silvicultura en contribuir para mitigar ese problema. La posibilidad será indagada a la luz de los resultados científicos del Informe Especial sobre el Uso de la Tierra, Cambio del Uso de la Tierra y Bosques del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, que se divulgará el próximo año. Puedo afirmar que, en cualquier hipótesis, la acción de Brasil será siempre consistente con el objetivo de la Convención.
De ahí se deduce que la protección de nuestros bosques, que continuará siendo promovida como un asunto de interés nacional prioritario, no redundará en que se pueda permitir un aumento adicional de las emisiones fósiles6 de los países del Anexo I. Al mismo tiempo, Brasil continuará buscando el reconocimiento de sus necesidades y preocupaciones específicas relativas a los bosques en los términos de las disposiciones de la Convención sobre adaptación a los efectos adversos del cambio climático.
Con referencia a las acciones institucionales, el Gobierno brasileño estableció recientemente una Comisión Interministerial sobre el Cambio Global del Clima, a la cual le incumbe coordinar todas las iniciativas gubernamentales en este área. A la Comisión se le encomendó la coordinación de las posiciones nacionales sobre el cambio climático y la parcela de aprobación gubernamental para proyectos del Mecanismo de Desarrollo Limpio. Aún más importante, a la Comisión le será solicitado que incorpore consideraciones vinculadas al problema del cambio climático en la políticas públicas de todos los sectores relevantes, incluyendo energía, transportes, agricultura, silvicultura, industria7 y tratamiento de residuos.
El Presidente de la República envió al Congreso brasileño, el mes pasado, el plan de acción del Gobierno para los próximos cuatro años. La dimensión de la sostenibilidad fue incluida claramente en este plan como una de las consideraciones que introducirán nuestro desarrollo en todos los sectores. El presupuesto nacional, a partir del próximo año, distribuirá recursos, por primera vez, para un programa nacional sobre el cambio climático global.
Estamos involucrados constructivamente en la aplicación del Plan de Acción de Buenos Aires8. Brasil desea que el Protocolo de Kyoto entre en vigor y que se torne eficaz. Intentaremos obtener la ratificación de este instrumento en un plazo lo más breve posible e instamos a los demás Estados signatarios ha hacer lo mismo. Este será un importante primer paso en el proceso para mitigar el cambio climático. La tarea que tenemos por delante es tratar de la reglamentación de los Mecanismos de Kyoto9 y con la cuestión del cumplimiento. Un sistema fuerte de cumplimiento es indispensable para garantizar la aplicación del Protocolo y, también, para aportar incentivos para la utilización del Mecanismo de Desarrollo Limpio.
Brasil continúa trabajando en dirección al pleno establec