Señor Presidente de la Cámara de los Diputados, Diputado Aécio Neves, que hoy está en un escaño especial, junto con nuestros líderes, para demostrar el agradecimiento de todos nosotros a la acción del Congreso Nacional, en esta lucha para la ratificación del Protocolo,
Excmo. Sr. Ronaldo Sardenberg, nuestro Ministro de Ciencia y Tecnología,
Demás Ministros de Estado, aquí presentes,
Parlamentarios,
Excelentísimos Señores,
Señoras y señores,
El Protocolo que acabo de firmar, la Carta de Ratificación del Protocolo de Kyoto, traduce un esfuerzo en defensa del medio ambiente, que comenzó en la Conferencia de Río, en el 92. Aquella Conferencia representó un marco en la Historia de las Naciones Unidas y dio inicio a una lucha contra el calentamiento global, con la firma de la Convención sobre el Cambio Climático. ¿Y cuál fue la gran inspiración que motivó a los líderes del mundo entero que estuvieron aquí, en Río de Janeiro?. Sin duda, fue la preocupación de cómo preservar la vida en el planeta para las generaciones venideras. ¿Y cuál sería el principio que debería guiar las acciones internacionales de ahí en adelante?. Gracias a lo que quedó conocido como el "espíritu de Río", fue posible consagrar un principio que para nosotros es fundamental: el principio de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas. La responsabilidad, sin duda, es de todos. Pero, obviamente, no es igual para todos.
Mas tarde, en 1997, cuando se aprobó el Protocolo de Kyoto, la comunidad internacional reconoció la complejidad del problema y la necesidad de adoptar soluciones urgentes para detener o, por lo menos, mitigar el cambio climático. Hoy, con la ratificación del Protocolo, Brasil reafirma la importancia del esfuerzo colectivo para la realización plena de los ideales de Río 92. Ese esfuerzo colectivo expresa una consciencia global que se fundamenta en la ética, y que puede convertirse en práctica, mediante el ejercicio del diálogo multilateral, que es el modelo más democrático para la convivencia entre los Estados soberanos.
La respuesta al cambio climático no admite posiciones unilaterales y aislacionistas, porque este es un tema global que afecta a todos los pueblos y a todas las regiones. Además, en más de una ocasión, tuve la oportunidad de referirme, a lo que a mi me parece un momento muy importante en la percepción por el conjunto de los países y de las poblaciones, sobre las cuestiones que tienen esa amplitud global. Siempre me referí, incluso una vez tuve la oportunidad de hacerlo, delante del autor de esas modificaciones que fue, tal vez, sin haber deliberado, Mikhail Gorbachev, quien formuló primero, a partir de un Jefe de Estado, la necesidad de una visión diferente sobre las cuestiones planetarias. Es muy significativo que haya sido Gorbachev, en la época líder de la Unión Soviética, porque él nos mostró en sus trabajos y en sus discursos que ciertos temas van más allá no tan sólo de clase, lo que para el ya sería un avance inmenso de comprensión de problemas que adelanten a las perspectivas de clase, sino también de las naciones, siendo él un Jefe de una nación. Esto fue motivado, en realidad, en el caso de Gorbachev, por el reconocimiento de los desastres que serían ocasionados por la utilización de la bomba atómica, que llevaría a una situación de "no winner", no hay vencedor, todos destruirían.
Y, por lo tanto, hay ciertas cuestiones que rebasan los límites y las sensibilidades e intereses de perspectivas de clases, de nación, y que llevarían a una visión más amplia. A partir de ahí es en donde tengo insistido tanto, con cierto pedantismo, para volver a las ideas hegelianas, de que tenemos finalmente la posibilidad de pensar en la Humanidad como un universo concreto. Esto quiere decir, como algo que no es solamente un concepto, que no es tan sólo una abstracción, porque lo concreto sería la clase, la nación, o lo que sea, pero que pasa a ser, realmente, el soporte de ideas válidas. Y, en el fondo, de eso es de lo que se trata. En verdad, esa gran revolución copernicana, aunque sea en el pensamiento, y que estamos simbolizando, aquí, con Río 92, deriva del hecho de que redescubramos la importancia del ser humano en su totalidad, o sea, la Humanidad. Hay procesos que afectan a todos y que, por lo tanto, tienen que ser vistos en su totalidad y no desde una perspectiva apenas localizada.
En varias ocasiones, he afirmado que la presente coyuntura internacional realza la importancia de la solidaridad como el camino más eficaz para el tratamiento de las grandes cuestiones contemporáneas. Las consecuencias que pueden derivarse del calentamiento global, sobretodo para los países menos desarrollados, tornan imperativo el adoptar nuevos patrones de desarrollo y de cooperación, ya sea en el plano internacional, o en Brasil. Por eso, es importante sensibilizar a la sociedad hacia nuestros intereses, los intereses de Brasil en esa cuestión.
El componente social del cambio climático siempre me interesó, personalmente. No se puede concebir un esfuerzo internacional de combate al calentamiento global que no incorpore a la sociedad. La dimensión social se revela en la necesidad de adoptar medidas urgentes para reducir el impacto del cambio climático sobre las poblaciones más vulnerables. Se revela, sobretodo, en la capacidad de las personas de vivir con modelos más sostenibles de producción y de consumo.
El modelo que guió el desarrollo de los países más ricos tuvo como base siglos de degradación del medio ambiente en todo el planeta. Por eso, el Protocolo de Kyoto determina que los países ricos comiencen ya a reducir sus emisiones de gases causantes del efecto invernadero.
El pagamento del canon de sostenibilidad no debe recaer sobre los países que están en vías de desarrollo actualmente, pero eso tampoco nos exime, claro, de tener actitudes responsables. Sin duda, todos sabemos, aquí, nuestros negociadores como el Ministro Sardenberg, el Sr. Gilvan y tantos más, todos sabemos que esas negociaciones internacionales han resultado extremamente difíciles. Pero quiero agradecer, especialmente al Ministro Sardenberg y al equipo de Itamaraty que, en conjunto, han realizado un trabajo extraordinario, contribuyendo en el éxito, como hicieron, de la Conferencia de Marrakech, en 2001.
A lo largo de este proceso, Brasil ha procurado construir un consenso en torno de los temas más relevantes. Pero, jamas se desentendió de sus intereses, como país que pretende alcanzar el desarrollo económico y la justicia social.
En un tema de esa naturaleza, aunque la acción haya sido tremendamente eficaz, de Itamaraty, del Ministro Sardenberg, de la comunidad científica, de las organizaciones no gubernamentales, que apoyan esos programas, tengo, personalmente, me encajado en ese trabajo. He tratado de ese tema, algunos presentes son testigo de eso, hasta por teléfono, durante el transcurso de las reuniones, no sólo con nuestros Ministros sino también con Presidentes de otros países como en el caso del Presidente Bill Clinton, cuando se discutía el Protocolo de Kyoto en la reunión, en dos ocasiones, tuve conversaciones telefónicas con el Presidente Clinton para que llegásemos a algún tipo de entendimiento. Pero, ahora, me he empeñado muy directamente para que podamos hacer un esfuerzo diplomático que complete las ratificaciones necesarias para la entrada en vigor del Protocolo, hasta la Conferencia de Johanesburgo.
Claro, el calentamiento global es una preocupación que, hoy, está científicamente fundamentada. Y a los líderes políticos les cabe el deber de reaccionar. Y Brasil no se esconde de cumplir su parte en este esfuerzo que es de todos, para avanzar en la globalización sostenible. Siendo uno de los pocos países del mundo, con una matriz energética limpia, o sea, con baja intensidad de carbono, podemos dar ejemplo.
Recientemente, en una reunión en la cual estuve presente, en Buenos Aires, después de la reunión que tuvimos aquí con el Primer Ministro de Suecia y con el Presidente de África del Sur, tuvimos una reunión del Mercosur, ampliada, con el Presidente de México presente, en Buenos Aires. Me empeñé mucho en que América del Sur ayudase a la ratificación del Protocolo de Kyoto y que en Johanesburgo tuviésemos una postura activa, especialmente, en la sustentación de una propuesta nuestra, y que es la propuesta de reducción del 10%, mejor todavía, en el mantenimiento de por lo menos el 10% de fuentes renovables, en la producción de energía.
Ahora, mañana o después, voy a Guayaquil, en donde debo entrar en contacto con todos los Presidentes de América del Sur. Como ya había dicho en la reunión de Buenos Aires, vamos a reafirmar en Guayaquil nuestra preocupación con ese tema y pedir que los Presidentes, en su conjunto, se empeñen para que, en Johanesburgo, podamos llevar adelante todos esos mecanismos. Y, sobretodo, en el caso del mecanismo del desarrollo limpio, que fue creado por el Protocolo y que ofrece oportunidades bastante prometedoras. Del mismo modo, hemos estado en contacto con el gobierno de Alemania para una iniciativa entre Brasil y Alemania que pueda permitir un funcionamiento eficaz y rápido del mecanismo de desarrollo limpio.
Creo que estamos, ya somos, actualmente, habilitados a beneficiarnos en la cooperación internacional prevista por ese movimiento, MDL- Mecanismo de Desarrollo Limpio. Y nuestra competitividad, que se deriva de los recursos naturales del mercado y de la estructura industrial brasileña, se ve reforzada por la capacidad del sector privado de ofrecer, en el mercado internacional de carbono, créditos resultantes de proyectos exclusivamente nacionales. Necesitamos tomar partido, la oportunidad que se nos ofrece, para avanzar.
Brasil presta, también, una importante contribución científica en ese área, ya sea como miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, o ya sea como integrante del comité ejecutivo del MDL. Criterios científicos y demandas sociales orientan la tomas de decisión del comité. Y, por el MDL, la cooperación debe privilegiar las actividades de reducción de gases de efecto invernadero que, de otra forma, no serían realizadas por los altos costos tecnológicos.
Esas actividades deben aprovechar las ventajas naturales, como la disponibilidad de fuentes renovables de energía: solar, eólica, biomasa y también, todavía recientemente, tomamos varias medidas después de la crisis energética, para incentivar esas formar no convencionales de energía. Y la posibilidad de desarrollar proyectos forestales en extensas áreas.
Las oportunidades para la industria conjugan intereses económicos con los beneficios ambientales. Los proyectos del MDL para la reducción de emisiones ayudarán a los países en desarrollo a alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible. Y, al mismo tiempo, contribuirán en la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a niveles que no sean dañinos para el sistema climático global. Y, en ese esfuerzo, está claro, la sociedad civil tiene un papel esencial.
Me gustaría resaltar aquí, como ya se hizo en particular bastantes veces, el trabajo del Fórum Brasileño de Cambios Climáticos y la activa e ilustre acción del Sr. Fábio Feldman, tan activa que, algunas veces, me da trabajo. El Forum ha sido fundamental en la sensibilización de la sociedad al incorporar, en su estructura, los sectores público, privado y las organizaciones no gubernamentales. Lo dije en broma pero, en realidad, la acción de Fábio ha sido extraordinaria, en la persistencia con que ha sacado adelante ese Fórum. Y más que ese Fórum, su participación activa en llamar la atención del gobierno hacia esas cuestiones.
También quiero decir, que merecen elogios los Ministros de Medio Ambiente. Ya no está en el cargo el Ministro José Sarney Filho, actualmente ejerce el Sr. José Carlos Carvalho, pero ambos fueron muy activos, continúan muy activos en esta cuestión, y es justo llamar la atención sobre el asunto.
Está claro que ese desarrollo sostenible está íntimamente relacionado a la concepción de una nueva forma de democracia que sea más participativa. Ahí está la importancia de resaltar esos organismos de la sociedad civil, los empresarios, los científicos y los políticos que efectúan la conexión entre los diferentes sectores.
La aplicación de ese desarrollo sostenible implica la adhesión a los principios de transparencia y de la participación efectiva de todos en la conservación del medio ambiente.
Nuestro encuentro de hoy es, en realidad, una concretización de una asociación exitosa entre el Estado y la sociedad.
Quiero, ya para finalizar, resaltar, una vez más, la contribución del Congreso Nacional en la aprobación ágil de ese importante instrumento internacional. Y, al mencionar el relator, que fue el Diputado Fernando Gabeira, que está aquí presente, y habiendo ya mencionado a los demás parlamentarios presentes, el Presidente de la Cámara que se empeñó fuertemente y el Presidente del Congreso Nacional, quiero disculparme, porque en la última reunión en que me pronuncié sobre el medio ambiente, estaba pidiendo urgencia para aquello que ya había sido aprobado. La urgencia tenía que ser nuestra, como fue, pero, de cualquier manera estamos aquí conmemorando esa urgencia.
En verdad, estamos todos juntos construyendo un futuro común mejor y que tiene que ser un futuro más solidario para todos.
Muchas gracias.